El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, ordenó cortar el contrato entre la Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (Sofse) con la empresa española Talgo para el mantenimiento de los nuevos trenes que corrían desde Constitución a Mar del Plata.
Mediante un comunicado, el Ministerio del Interior y Transporte indicó que se dejó sin efecto el contrato con la empresa Talgo y su representante en la Argentina "en virtud de que se pretendía que el Estado Nacional pagara por el mismo, un costo anual equivalente al valor que sale comprar una formación de similares características".
Según el comunidado, Randazzo “analizó la situación con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y especificó que el contrato con Talgo ascendía a 40 millones de pesos, destinados a la realización del mantenimiento de los coches”. El funcionario decidió que "no corresponde pagar esa cifra teniendo en cuenta que el valor de mercado de una formación como la que prestan el servicio es de unos 42 millones de pesos".
"Hasta tanto se presente una propuesta razonable, y con el objetivo puesto en cuidar los recursos de todos los argentinos, la venta de pasajes y la prestación del servicio estará provisoriamente suspendida", informó el ministerio. Por lo tanto, los únicos trenes que corren hacia la Costa Atlántica son los de las viejas formaciones operados por Ferrobaires.
Como sea, la decisión sorprendió hasta el propio gremio de La Fraternidad: “No estábamos enterados de que algo así podía pasar. Quizá es una consecuencia de la pelea entre Argentina y España”, apuntaron fuentes del sindicato que conduce Omar Maturano.
Lo curioso es que el nuevo servicio de los Talgo fue inaugurado con bombos y platillos por el Gobierno nacional. Las seis formaciones habían sido comprados por un valor total de 16,7 millones de euros aunque solo dos estaban siendo operadas por la Sofse.
La misma presidenta Cristina Kirchner inauguró el servicio en julio del año pasado junto con la nueva estación de Mar del Plata. En principio la idea era que el viaje en los Talgo durara 4 horas y 15 minutos. Pero pese al confort, por el mal estado de las vías las formaciones nunca pudieron cumplir ese objetivo.
